CÓMO ANDAR EN LYCRA EN LA HABANA Y NO MORIR EN EL INTENTO
- Efrain Galindo Oficial
- 24 may
- 3 Min. de lectura

No morir, sería suficiente. Paga los 25 euros (en euros) del Chevrolet de 1492 que te saca del aeropuerto y te lleva de vuelta. (Todavía no, el día del regreso daría para otra crónica). Volver a la vida cuando tu madre te abraza, tu papá te vuelve a tocar, empiezas a oler el tufo a humedad, ropa vieja guardada mucho tiempo en un armario cerrado nada más se abren las puertas del avión. Abrir las puertas de un país cerrado que sigue bailando congas, Raquel Mayedo sigue recomendando receticas en De tarde en casa aunque la gente no tenga un peso para seguir viviendo, ni casa, ni comida. Muchas cosas antes valían un peso, ahora valen de mil pa arriba, menos las barrigas de los dirigentes, cuyas camisas cada vez explotan más, casi te explotan en la cara si enciendes a cualquier hora la televisión. Las barrigas de los dirigentes crecen al igual que sus bocas, los botones de sus camisas, los platos de comida que se comen en cada acto oficial. Un hombre barre la basura de la calle con una penca de palma, aunque es la penca la que parece barrerlo a él. Nadie da 300 pesos por moverse de un lugar a otro. Un jamón Ciego Montero robado de un hotel vale 14 mil pesos, 7 mil la mitad. El sueldo de un jubilado medio es 3000, la mayoría 1500. Un paquete de pollo cuesta 1500, 2000, 2500. Hay que elegir entre respirar y comer, las dos únicas opciones. 62000 milenios de razones para seguir comiendo aire, eso sí que cualquiera lo puede aguantar cuando empecemos a ahogarnos por el calor. Las mujeres siguen andando en lycras, aunque cuestan 5000, 7000 pesos. La Habana bien vale sus buenas lycras. La gente sigue diciendo buenos días y que tengas un buen día aunque hayan desayunado agua con azúcar y en la televisión los apagones siempre se vayan a resolver. En Ucrania hay una guerra, aquí se rumorea que hay un barco de gas en cualquier bahía esperando que le paguen para descargar, mucha gente está esperando a que llegue el gas para cerrar bien la casa, despedirse de los vecinos y abrir la llave de la balita y empezar a respirar. Un hombre a mi lado necesita Mebendazol o Metronidazol pero tiene que conseguirlo trasmano. Me impresiona que el hombre use la palabra “trasmano”. El hombre dice que el oxiuro y la ameba bajan del hígado, que él tiene tremendo apetito y que él jama pero cantidad la picazón por la noche no la puede aguantar. El hombre ya terminó de barrer las hojas, la basura de la calle, se mete dentro del latón de basura y se impulsa loma abajo para llegar más rápido. Una mujer en lycra haciéndole palmas con las nalgas apretadas le dice que se impulsa bien, que pa abajo todos los santos ayudan, que la espere por allá abajo. Otra mujer también mujer en lycra se echa aire en la cara y entre las piernas para que no se le caliente el carburador. En la televisión no hay carburadores para construir las termoeléctricas. Los carburadores los ponemos nosotros, las construimos nosotros en el apagón nuestro de cada día. En el próximo viaje traeré más lycras.

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