top of page

MADRID TIENE LA CULPA

Actualizado: 14 abr


Madrid tiene la culpa. No me daba ese tiempo para la escritura, y yo se lo robé, le arranqué palabras para colocarlas en un manuscrito.


Madrid tiene la culpa de que escriba en la cama, con el móvil como lámpara, y corrija en el metro, domando frases al compás de las paradas.


Madrid tiene la culpa de que la música me salve, marque el ritmo, haga de metrónomo cuando la rutina me desarma.


Madrid tiene la culpa por imponerme una meta: cuatrocientas palabras al día, no más. El hábito me hizo monje mientras ordenaba mi infancia.


Madrid tiene la culpa de que esta historia no termine, porque aún se escribe, porque no se clausura lo que todavía late.


Madrid tiene la culpa de este libro, el material con que se forja la emigración a los cuarenta: mesas servidas, esperanzas recogidas, certezas invisibles para un camarero.


Pero no, Madrid no es culpable. Madrid solo me deja juzgarla, acusarla, nombrarla como quiera. Y en ese permiso, en ese pulso silencioso, también me salva.

 
 
 

Comments


bottom of page