No pude pronunciarla pero aprendí a escribirla
- Efrain Galindo Oficial
- 10 abr
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 14 abr

La Я, siempre la Я. La arrastro apenas comencé hablar, o quizá sea ella la que me arrastró a mí, la que me llevó al logopeda como quien va a aprender a domar un animal salvaje.
Я de ruido, de ruina, de repetir hasta que salga bien, de recibir en tercer grado una nota Я que no era un suspenso pero casi, un limbo en forma de letra, un retén para no repetir el año.
La R se quedó conmigo, resonando en cada historia que me empujo a escribir, en cada pagina que volvi a llenar después de tanto tiempo.
Я de reinicio, de retorno a la literatura después de haberla dejado en alguna parte, de reserva, sí, porque hay que reservar este libro en preventa, porque en él puede que encuentres algo tuyo, algo que olvidaste o que aún no sabes que buscas.
Y al final, lo mejor de todo, la f más importante, la que cierra el círculo y lo abre otra vez: Reiventarse.
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